De reglas sencillas y carácter muy familiar, se juega en sesiones de apenas media hora. Propone una gran interacción entre los jugadores y sobre la mesa queda vistoso y colorido. En Chimere, los jugadores tendrán que crear cuatro quimeras, una para cada estación del año. Cada partida se desarrolla a lo largo de tres rondas que equivalen precisamente a tres años. Además de crear sus quimeras lo mejro posible (siguiendo un esquema de símbolos y colores que es distinto para cada estación y que se genera de manera aleatoria), tendrán que tratar de complicar el proceso del resto de jugadores.
Además de fabricar la quimera más poderosa, tendrán que estar preparados para defender, discurso en mano, por qué su creación es la más armoniosa, graciosa o simpática.